jueves, 8 de mayo de 2014

¡Qué difícil es no ver por dónde andas!

De nuevo en República Checa tuvimos un examen bastante curioso. Consistía en desplazarse de una punta a otra de la ciudad (Olomouc).


Nos enseñaron las nociones básicas y normas de seguridad que debíamos conocer, realizamos un mapa en relieve de la ciudad y trazamos con líneas táctiles el recorrido que cada uno debía seguir. Al principio este reto nos parecía labor imposible, los alumnos trataban de quitarse el antifaz y problema resuelto, pero poco a poco fuimos tomando conciencia de que este simple acto no es posible para aquellas personas con real discapacidad visual. 


Todos los días paseábamos cerca de infraestructuras adaptadas para este colectivo; sin embargo, hasta este día no logramos darnos cuenta: puntos de relieve en el suelo cerca de las vías del tren y carretera, líneas lisas que se dirigen justo hasta el botón del semáforo y al borde de la acera, sonidos distintos en la entrada y salida de la estación de tren, sonido en el semáforo en verde, sonido en las paradas del tranvía que indican la hora que es, la hora a la que pasa el próximo tranvía y la dirección de éste, etc.


Aprendimos a subir y bajar escaleras normales y mecánicas, a subir al tren, a cruzar la calle... A partir de entonces, nos dimos cuenta de que no tener visión es una dificultad añadida, pero nunca más diríamos la frase que tantas veces he escuchado y que tanta rabia me da: "lo peor que podría pasarme es quedarme ciego". Eso no es verdad, verías las cosas de otra forma; tocándolas, oyéndolas, intuyéndolas, pero poseemos cinco sentidos, ¿no seríais capaces de valeros de los otros cuatro sentidos? Por supuesto que sí.

2 comentarios:

  1. Pienso que Olomouc estaba muy bien adaptada para personas con esta discapacidad. Ver las cosas de otra forma..una gran verdad.

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  2. Ante las adversidades es cuando hay que resaltar todas las cualidades para intentar superar una discapacidad.... y así es la vida.

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